En esta ocasión, los fondos recaudados en concepto de inscripción al seminario serán repartidos al 50% entre la Asociación Desarrollo de niños autistas de Albacete y los proyectos de ayuda a niños necesitados en África que gestiona la ONG IIIHS en la que trabaja la Dra. Marilyn Rossner.
Mas info aqui. Lo cubren los de Espacio en Blanco de RNE.
Robert A. Monroe fue el pionero de la exploración astral desde que a últimos de los años 50, según refería, se descubriese FLOTANDO libre y conscientemente por encima de su cama.
A lo largo de más de 30 años de investigación viajó por el “más allá” para trazar el mapa más preciso de lo que él quiso llamar la “intercomarcal”. Es fundador del Instituto Monroe en Virginia -el cual parece hoy haber terminado de caer en las manos del ejército yanki… de forma que muy desencaminado NO DEBÍA estar el Sr. Monroe- .
Dada la “inquietud” seguramente suscitada en algunos lectores por el tema de la “muerte” -a tenor de todas las entradas relacionadas con el fenómeno de la graduación del Espíritu de la Tierra en 2012- he creído conveniente sacar a la luz algunos fragmentos de la obra de Monroe para dar la posibilidad, a quien la quiera aceptar, de contemplar el fenómeno de la muerte exclusiva DEL CUERPO… desde OTRO punto de vista… y nunca mejor dicho
Os dejo, pues, con una de las aventuras que el propio Monroe comparte en su último libro:
“En la zona gris más profunda me aguardaba otra señal. Parecía demasiado sencilla y me pregunté si la estaría interpretando mal. Cuando estaba a punto de seguirla, alguien me llamó. Me volví y percibí un extraño resplandor que pronto tomó la forma de un hombre pequeño, de mediana edad. Tenía facciones angulosas, una arruga torcida en la frente y los labios fruncidos.
[Monroe habla en NEGRO, el muerto, en ROJO]
-¡Eh, tú! ¿Adónde vas? -Me acerqué con cautela-. ¿Adónde vas?
-Hola.
-Has salido a buscar los secretos del universo, ¿verdad?
-Creo que sí.
-Pues buena suerte. Yo ya lo estoy pasando bastante mal sin buscar nada.
-¿Por qué? ¿Qué pasa?
-¿Qué pasa? Pasa que me he muerto.
-¿Y qué tiene eso de malo?
-Nada, excepto que no estaba preparado para hacerlo.
-Tal vez nunca estemos realmente preparados.
-Podría haberme preparado, pero nadie me dijo nada. Nadie me dijo que sería así. Todos esos imbéciles que predicaban sobre las puertas del paraíso, el infierno y la condena eterna… ¡ninguno sabía de qué hablaba! De todos modos te deseo suerte. Podrían haberme dicho cómo era esto en lugar de contarme toda esa sarta de mentiras.
-¿Cuál es el problema?
-¿El problema? Mira alrededor. ¡Ése es el problema!
-No veo nada más que una profunda oscuridad.
-A eso me refiero. No hay nada, ¡absolutamente nada! ¿Sabes que eres la primera persona que veo aquí? No había nada hasta que llegaste tú.
-Lamento que te sientas decepcionado.
-Tú eres como yo, ¿verdad?
-¿Como tú? ¿Qué quieres decir?
-Has muerto, acabas de morir y no sabes qué demonios hacer.
-No es exactamente…
-¡Vamos! O estás muerto o no lo estás.
-Estoy seguro de que no lo estoy.
-¿No estás muerto?
-No.
-¿Entonces qué demonios haces aquí?
-Es una larga historia.
El hombre me miró con expresión de disgusto.
-Apuesto a que lo es. No estarías aquí si no estuvieras muerto.
-Es algo más complejo.
-Explícamelo. ¡Eh, ya lo sé! Alguien te ha enviado.
-No, nadie me ha enviado. Sólo estoy de paso. Cuéntame cómo encontraste la muerte.
-Me obligaron a hacerlo. Estuve semanas y semanas en el hospital… Quería volver a casa, pero no, me mantenían allí lleno de tubos y agujas. Así que una noche me los quité todos. Fue durante el turno de noche. Nadie venía a verme por la noche, ¿sabes?
-¿Qué ocurrió después?
-Empecé a toser y luego paré. Pensé que debía bajarme de la cama y largarme de allí. Debí de haber saltado porque atravesé el techo y continué ascendiendo hasta que llegué aquí. Al atravesar el techo me di cuenta de que había muerto. Muy listo, ¿verdad?
-Así es. Tal vez deberías acompañarme.
-¿Me ayudarás? ¿Por qué?
-Siempre será mejor que quedarse aquí.
-¡Estoy tan confundido! No hay cielo, no hay infierno… ¡Nada!
-Vamos, dame la mano.
-¡No! Cada vez que acepté la ayuda de alguien, no conseguí más que problemas. ¡Fuera de aquí!
-No pretendo obligarte. Sólo deseo ayudar.
-¡No me toques! ¡Mantente apartado de mí!
-Muy bien, muy bien. Lo que tú digas.
-¡Vamos, vete de aquí! Y no creas lo que dicen. No te dejes engañar con las palabras bonitas. Nadie me dijo nada… y podrían haberlo hecho. Los habría escuchado. Ahora tendré que descubrirlo solo y no se como hacerlo. Ni siquiera sé por dónde empezar.
Retrocedí y el extraño resplandor se desvaneció. Más tarde, cuando regresé, el hombre había desaparecido. Desde entonces me pregunto si habrá encontrado ayuda. A veces es imposible ayudar…
Del relato de Monroe se desprenden dos cosas a primera vista:
1ª La separación del cuerpo físico (por muerte o por salida al astral) NO supone el FIN de la existencia de QUIENES SOMOS REALMENTE. En otras palabras: LA MUERTE ES UN MITO, y;
2ª La capacidad de razonar, la mentalidad del “muerto” NO CAMBIA inicialmente. En los primeros instantes del proceso seguimos siendo nosotros mismos… pero SIN EL CUERPO ni posibilidad de interactuar con el mundo físico.
Recordar la película “Ghost” para tener una imagen más gráfica del momento.
Ahora libres sois de creer lo que Monroe dice… o esperar a PALMAR para daros cuenta de ello como le sucedió al individuo del relato. Pero luego no digáis… que NADIE OS AVISÓPd: Este articulo va dedicado a mi amiga Patri, ves como la personalidad no se pierde cuando uno deja su cuerpo fisico, ahora me crees?
Visto en Gornova V: Bienvenidos a la tierra
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