La educacion como un proceso holistico

“Creemos que la educación es un proceso holístico, que no separa lo que se aprende en un colegio de lo que se vive en el hogar. Nuestro papel consiste en complementar lo que se brinda en casa, ofreciendo materiales y espacios preparados, como un ambiente social entre iguales y niños de distintas edades”. De esta manera ha definido Beatriz Aguilera Reija a Alavida, un proyecto educativo basado en su mayor parte, en la experiencia Pestalozzi, fundada por Rebeca y Mauricio Wild en 1977.

En este rincón ubicado en la sierra oeste de Madrid, los pequeños pueden pintar, trabajar en la carpintería, construir una madriguera, jugar a las tiendas o en el arenero, subirse a las rocas, charlar, ver libros de animales, sacar de paseo a las muñecas o buscar lombrices en la huerta. Hay espacios dedicados a las manualidades, las construcciones, los juegos simbólicos, música, baile, ciencias, experimentos y matemáticas, entre otros.

“Es necesario que el acompañamiento de los adultos contribuya a que los niños se sientan seguros, aceptados sin expectativas ni valoraciones y amados sin condiciones. En segundo lugar, el entorno debe ofrecer aquello que los pequeños precisan para llevar a cabo su desarrollo. En Alavida tenemos más de doscientos materiales tipo Montessori, en casi treinta rincones diferentes”, ha explicado a Noticias Positivas.

Y agrega: “cuando se dan estas condiciones, los niños son capaces de conectar con su esencia y pueden desarrollarse de acuerdo a su propio plan interno. Pueden confiar en sí mismos, tomar del exterior lo que necesitan para satisfacer sus necesidades y construir su proceso de aprendizaje desde dentro hacia fuera. Así, el motor de su desarrollo es su interés y curiosidad innata por el mundo que lo rodea”.

Los fundadores de Alavida sostienen que el ser humano tiene el potencial interno para desarrollarse y madurar por sí mismo y en interacción con su entorno. “El amor es una necesidad básica de supervivencia, al mismo nivel que el alimento, el abrigo o los cuidados personales. Nos referimos al amor sin condiciones, al amor que se recibe sin necesidad de pedirlo, al amor a la persona por ser quien es, con independencia de sus acciones. Una persona que no se siente amada sacrifica sus propias necesidades de desarrollo y realización por conseguirlo. La educación basada en premios y castigos, aprobación y desaprobación, aceptación y rechazo, es una buena muestra de cómo el amor condicionado logra conducir los intereses de los niños y moldear su comportamiento”, aseguran.

El proyecto comenzó en 1999, cuando un grupo de familias decidió ofrecer a sus hijos una educación no directiva y que respetara las etapas evolutivas. Según Aguilera Reija, la libertad y el respeto hacia el desarrollo autónomo de los niños es “clave a la hora de educar para ser, en lugar de enseñar a repetir, obedecer o tener”.

En la actualidad, Alavida es un espacio abierto para niños a partir de los 3 años, que comparten las mañanas de lunes a viernes.

LOS PRINCIPIOS PODRIAN RESUMIRSE EN:

  • El ser humano, como el resto de los seres vivos, se hace a sí mismo. La confianza en este proceso es la base de nuestras relaciones con los niños y las niñas.
  • Para que el niño o la niña pueda dedicarse a su desarrollo necesita primero que sus necesidades básicas estén cubiertas. Éstas son: Sentirse amado y seguro.
  • Se siente amado cuando se le acepta sin condiciones (sin juicios, manipulaciones, expectativas, castigos o premios...) y se respetan sus necesidades básicas (cercanía humana, cobijo, alimento, etc).
  • Se siente amado cuando se le brinda un ambiente adecuado a sus necesidades de desarrollo.
  • Se siente seguro físicamente cuando no hay peligros activos.
  • Se siente seguro emocionalmente cuando no recibe agresiones ni físicas ni emocionales, cuando su trabajo se respeta, cuando puede expresar sus emociones.
  • Se siente seguro cuando vive límites claros y constantes que garantizan un ambiente relajado y seguro para todos.
  • El aprendizaje se da por iniciativa propia en interacción con el entorno. Los adultos no enseñamos.
  • No enseñamos valores, se viven, se aprenden.
  • Nuestro espacio ofrece el material y el entorno necesario para que cada niño o niña pueda tener las experiencias adecuadas a su nivel evolutivo y así pueda desarrollar su potencial.
  • El rol del adulto que está en nuestro espacio es el de acompañar a los niños y a las niñas en este proceso y garantizar que se den las condiciones óptimas para esta interacción con el entorno (materiales y emocionales).
  • En definitiva queremos PERMITIR Y RESPETAR LOS PROCESOS DE VIDA.

Fuente:

Noticias positivas

Proyecto Alavida

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